viernes, 17 de abril de 2009

Pero qué torpeza...

Finalmente podía asistir a la fiesta yóguica que se hacía en La Plata a beneficio de la fundación. Llegaba temprano a la mañana y me ofrecía para ayudar sacando las fotocopias de los menúes que iban a servirse al medio día, para repartirlas en las mesas.
Estuve dedicada a eso toda la mañana, hasta que me dí cuenta de que no había abierto la tapa de atrás de la fotocopiadora, por la que deberían salir las copias nuevas.
Todas... pero todas las hojas que había usado, estaban arrugadas y rotas!
La gente ya se había empezado a acomodar para almorzar...

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