martes, 2 de septiembre de 2008

Y el cubo?

Noy hay forma de conseguir un cubo mágico de los viejos en una juguetería, pero igual pregunté y me dieron unos que me resultaron muy complicados!
Uno no tenía cuadraditos sino líneas de todos colores, cada cara estaba formada por mas de doscientas líneas y uno debería lograr que todas ellas sean del mismo color!
Imposible... así que me ofrecieron otro.
En este caso cada cara consistía en dieciseis caras de muñequitos en relieve! En el espacio en el que deberían estar los clásicos cuadraditos, estaban los muñequitos que en alguna época fueron tapitas de relojes pulseras de niños!!!! Una incomodidad...

jueves, 7 de agosto de 2008

Frío

Iba a alcanzarle un libro a Susana y al levantarlo descubrí una araña enorme un poco aplastada intentando salir del estante.
El frío se apoderó de los huesos de mi brazo izquierdo, haciéndolo temblar hasta que los dedos de mi mano se abrieron dejando caer el libro sobre el suelo. Al darme vuelta, Susana y las chicas gritaban... las arañas estaban en todos lados, oscuras, silenciosas, con manchas rojas en su lomo grande como una mano entera. Tratábamos de sacarlas como podíamos, pero estaban aferradas a las cosas con sus patas como con la intención de quedarse para siempre.

viernes, 27 de junio de 2008

Violencia


Todos vivíamos en comunidad, en una casa pintada con colores alegres y muy agradables. Pero ese día entré y algo no estaba bien.
Carolina estaba acostada boca abajo sobre uno de los colchones llorando muchísimo, y su pareja la tomaba de los pelos y le refregaba el rostro contra la almohada.
Todos intentábamos acercarnos pero él, con una furia enorme nos alejaba amenazante… creo que tanta violencia nos hacía verlo más grande aún de lo que era en verdad.
En un momento la soltó pero ella apenas podía moverse, estaba toda lastimada y sobre su nuca se veía cómo la sangre apelmazaba su lacio cabello.
Se fue de la casa tirándonos todo lo que encontraba a su alrededor, incluso el velador con pantalla de paraguas amarillo que estaba en la mesa de luz, desenchufándolo de un tirón.
Entre llantos le gritaba que por favor parara, y en mi pecho sentía una opresión como si la angustia se hubiera materializado en una sustancia dura y fría como un bloque de hierro a la altura de mi corazón.
Al verlo bajar las escaleras y salir a la calle, recordé que los chicos estaban solos en su habitación, de modo que fui a ver cómo se encontraban.
Uno de los varoncitos gateaba por el piso cual si no pasara nada, mientras que la nena de unos once meses le decía a un nene de su misma edad que estaba embarazada, y que le dijera qué pensaba hacer porque era terrible que tuvieran un bebé a tan corta edad, debido a que íbamos a tener que cuidarlo nosotros, los grandes... el futuro pequeño papá la miraba indiferente.
Con mucha confusión salí a la puerta de calle y ví que él se acercaba nuevamente, le grité que no entrara, que el juez no se lo permitía! Pero me empujó contra una pared y entró golpeando fuertemente a todos los que se le cruzaban. Desde el lugar donde quedé tirada y dolorida, se escuchaban unos gritos espantosos y podía percibirse el olor a sangre… lo último que pensé fue que seguro los había matado a todos.

martes, 20 de mayo de 2008

Control!!!

Al abrir los ojos, me daba cuenta de que tenía que hacerme un análisis de orina y me había olvidado de comprar el frasquito. Iba a tener que contenerme hasta llegar a una farmacia y a un baño para hacer pis… y me moría de ganas!!! Hasta que abrí los ojos…


lunes, 12 de mayo de 2008

Pogo!!!

Estábamos muy contentas porque la chica de la tienda del pueblo había traído unos batones divertidos para que nos probemos. Venía de Buenos Aires, y los sacaba de una bolsa de consorcio celeste entre muchas risas.
Eran batones feos, floreados y cuando te los ponías te dabas cuenta de que tenían un montón de relleno de goma espuma. Nos probamos uno cada una y nos moríamos de risa, como unas gordas y divertidísimas viejas.
El mío era de fondo azul con flores fucsias bastante grandes, y tuvieron que ayudarme a atarlo desde atrás porque estaba tan gorda que los brazos no me llegaban a la espalda.
Alguien tuvo la idea de que eso era muy bueno para jugar al “pogo”, así que nos pusimos a bailar y saltar, rebotando de forma increíble unas contra otras.

jueves, 8 de mayo de 2008

La Balada de John y Yoko

Estaba en una fiesta bajo el efecto de alguna droga y para irme tenía que esperar a mi amiga que estaba con un chico. Me senté en la mesa del patio y mi mente pudo ver otra realidad…
Los Beatles estaban tocando en una “cafetería”. Las paredes eran todas de vidrio, por lo que se podía ver que era pleno día. Alrededor había muchos árboles y me gustaba escuchar la música admirando los rayos del sol que atravesaban sus ramas. Era hermoso.
Tanto el local, como los instrumentos y la ropa no sólo de ellos sino de todos los presentes, era blanca (obvio, algo cercano al video de Imagine).
Seríamos unas quince personas en total que estábamos viendo el show, y por la puerta pude ver como entraban dos chicas más, con vestidos cortos y bien ajustados.
Al darme vuelta, puse toda mi atención en John Lennon, que tenía el pelo largo, con flequillo, el corte hacía como un casco sobre su cabeza. Observé de cerca su guitarra y pude ver que tenía unas doce cuerdas. Pensé lo bien que tocaba.
De pronto la imagen de la guitarra la vi dada vuelta… y no solo a la guitarra! John estaba dado vuelta. Enseguida supuse que era el efecto de lo que haya consumido, pero no. Estaba con su mirada fija en una de esas chicas que acababan de entrar. Me volví a observarla y si, era Yoko, y Lennon se estaba enamorando en ese preciso instante.
Yoko tenía exactamente el mismo corte de pelo que él y realmente estaba muy hermosa. En ese mismo momento todos sabían lo que iba a pasar. Ella estaba saliendo nuevamente por la puerta hacia la calle y John no pudo dejarla ir… de modo que bajó de la tarima y se fue tras ella.

lunes, 5 de mayo de 2008

Nada

Es así, creamos un espacio para que los sueños dancen y después que pasa? Sueño que me estaba pintando las uñas, señores!!! Si!!! Lisa y llanamente me estaba pintando las uñas con un brillo que ni siquiera decía nada! Intentaré algo mejor para la próxima…lo juro…


viernes, 25 de abril de 2008

En Busca del reino de OZ

Teñidos de los personajes, pero siendo nosotros realmente dentro del cuento del "Mago de Oz"; me embarqué en un sueño profundo por la ciudad Esmeralda.
En un día soleado brillaba el camino amarillo como nunca antes lo había visto.
Hacía ya tiempo que caminábamos junto a mis amigos en busca del Reino de Oz.
Ansiando un descanso, paramos al costado del camino...
Hojalata, Oz ( que venía con nosotros, y además era el sonidista), y yo (Dorothy), nos tiramos encima de las flores coloridas mirando al cielo mientras nos fumábamos un tulipán.
El Espantapájaros y el León habían quedado justo donde el camino se bifurcaba, y no lograban ponerse de acuerdo acerca de quién sería el mejor candidato para gobernar la ciudad Esmeralda.
Con Hojalata y Oz comentábamos que el camino era hermoso pero demasiado largo y agotador, hacía mucho calor y aún faltaba bastante para llegar.
En un momento la soledad del camino se vió interrumpida por el trote de Bonanote (sí, el jugador de River) que buscaba el castillo de Oz.
Como el Espantapájaros no paraba de arrebatarse contra el León, el camino quedó sin señalización; es decir, que Bonanote optó por el azar pero eligió la opción equivacada... todavía no lo sabía, pero iba derecho al castillo de la Bruja Malvada del Oeste que lo estaría esperando con algún hechizo malvado para su equipo.
Casi terminando de fumar el tulipán y absolutamente relajados, vemos de repente que Riquelme (sí, el jugador de Boca) también se encontraba en busca del reino de Oz.
Sin preguntar y con su rostro perpetuo, optó también por el azar pero escogiendo el camino correcto. En ese preciso momento lo supimos... Boca pudo pasar a la siguiente ronda de la Copa Libertadores porque Riquelme había logrado llegar al Castillo de Oz!!!





miércoles, 23 de abril de 2008

Sorprendente!!!

Con Mati nos habíamos ido a Ocampo, el pueblo donde viven mis viejos. Y todo el mundo estaba de acuerdo en que no podíamos volvernos sin visitar el pepino gigante que había crecido.
De modo que fuimos hasta la esquina de la cuadra donde tiempo atrás estaba la casa de mi abuela, a esperar el barco. Allí había un pequeño río, aunque en la realidad sólo existe una zanja (cuando era chica, seguramente la vería como un río!).
Antes de que llegue nuestro barco, estaba zarpando el de los chicos que se iban de viaje de egresados, así que ese espacio era un lío de gente. En medio del tumulto, observamos una nube de humo emanando del suelo y alguien grita: Una bombita de olor!!!
Todos nos apresuramos a cubrir nuestras fosas nasales antes de que el espantoso aroma penetre en nuestros organismos. Por suerte, la embarcación de los chicos partió en seguida y no tuvimos que presenciar otra de sus bromas.
Al rato llega nuestro pequeño barco, viejito y de madera oscura; y en él comenzamos a navegar en dirección al famoso “pepino gigante”.
Al llegar a una orilla, descendemos sobre el suelo de piedras y, vaya a saber por qué razón, agachados casi cuerpo a tierra y con cuidado de no hacer ruido, nos escondemos detrás de unas plantas para espiar desde ahí al gran pepino.
Realmente era enorme, estaba recostado sobre la tierra, medía unos cinco metros de largo y era tan alto como una persona adulta. Eso sí, era de su característico color verde oscuro, pero su forma se asemejaba más a una calabaza que a un pepino…
En ese instante me doy cuenta de que Úrsula, nuestra gatita, había venido con nosotros y quería escaparse de mis brazos, así que entre mis hermanos y yo, intentamos tranquilizarla en silencio.
Úrsula es una gata muy gordita y de colores blanco, beige y gris… pero de a ratos se volvía blanca y flaquita.

Quién?

Como suele suceder… por alguna razón yo veía todo desde un extremo de la sala.
En una silla había una chica sentada, estaba de espaldas pero yo sabía que tenía entre treinta y cuarenta años.
Una señora se acerca y le muestra un cuadro, preguntándole quién era la de la foto.
Desde mi ubicación veo claramente el primer plano de Mamá Cora, el personaje de la abuela que hace Antonio Gasalla.
Y la chica dice con gran convencimiento: - ES LA CORISTA!!!
Al escuchar esa respuesta empecé a reírme, pero a reírme con tantas ganas, que me desperté por el sonido de mis propias risas.



jueves, 17 de abril de 2008

La Ventanita


Era una fiesta de noche, en un lugar con una pileta enorme. Yo estaba segura de que era en un complejo de costanera norte.
La gente parecía divertirse mucho pero yo no les creía. No me caían bien… pensaba que sólo les interesaban las apariencias, así que decidí abrir la ventanita de la pared e irme con la gente que consideraba más auténtica y simple.
Al costado de la pileta, en una pared de color celeste y a casi dos metros de altura, estaba la ventanita. Se trataba de una abertura rectangular, de unos cincuenta centímetros de ancho por cuarenta de alto.
Haciendo piecito sobre una maceta de barro, llego a la ventana y comienzo a golpear la madera celeste para abrirla. Cuando empiezo a lograrlo, del otro lado veo que mi amiga Débora se acerca para ayudarme.
Sus amigos terminan de abrir la ventana y trepo intentando pasar por ese hueco. Cuando lo logro, Deby me agarra para que baje del otro lado. Estamos en la casa de ella con sus amigos, todos sentados en reposeras.
Yo me siento muy a gusto con ellos, hasta que comenzamos a juntar la plata para ir cerca del río a comprar la comida, y me doy cuenta de que Iván Noble me había robado cien dólares (?)

miércoles, 16 de abril de 2008

Resurrección


Ella estaba en la cocina lavando las gaviotas. Como su perro se acercó, le dijo: mirá, estas son las gaviotas que vamos a comer hoy al medio día. El animal comenzó a olfatearlas y a lamerlas en un gesto de ternura y compasión.
Tan hermosa energía transmitió el enorme perro a las gaviotas, que éstas comenzaron a movilizarse y volaron hacia la ventana, quedándose en el aire de ese patio, aleteando felices, con sus picos enfrentados, como demostración del poderoso milagro del amor.

lunes, 14 de abril de 2008

Gozoki Ezpain

Con la temperatura baja de un día agitado, caigo vulnerable perdida en la nada.
Se sucedían imágenes que me atravezaban el cuello y bloqueaban mi garganta, ahogando un grito en el callejón del silencio.
Parada, quieta y estancada decido ir en busca de azúcar para mojar mis labios, que se veían aún mas grandes de lo que son.
El plan es empaparme la boca de azúcar para espantar la violencia y llenar el aire de palabras dulces. Pero alguien grita que debo llorar... Apagón.
Despierto en medio de un llanto desconsolado y oscuro.
No conforme, resucito una sonrisa y reposo en un mar de azúcar.

miércoles, 9 de abril de 2008

Muy agotador...



Tal como había sucedido en la realidad la semana anterior, soñé que nos íbamos el fin de semana en carpa a una isla del Tigre y se inundaba casi todo el camping.
La diferencia era que esta vez, había un salón muy grande en el que bailábamos folklore argentino. Lo raro era, no sólo que sabíamos bailar a la perfección, sino que utilizábamos todo el espacio disponible para nuestra danza; y el salón era tan pero tan grande, que al alinearnos las mujeres de un lado y los hombres del otro, apenas si lograbas ver a tu pareja chiquitiiiita del otro lado del salón.
Y ahí me encontraba yo, tratando de divisar a Mati y pensando que cuando llegue el momento de dar la “vuelta entera” iba a ser algo muuuuy agotador….

lunes, 31 de marzo de 2008

Zarpado!


Una mesa negra, muchísima gente gigante alrededor, y una cantidad infinita de temas dance sonando cada vez mas fuerte.
Avisto unos tubos enormes por encima mío, blancos, redondos, con el final afinandose un poco.
Me pregunto dónde estoy? qúé hace toda esa gente tan sacada, tan fuera de sí? Por un momento reconozco a una empleada de atención al cliente de Telefónica, trato de gritarle para que oiga mi queja... hace un mes y medio que no tengo ni telefono ni internet y sigo pagando!!!!!!!!!!!!!! La tipa me mira y me dice que me calle, ya que todos los que estan alrededor de la mesa eran empleados fieles a Telefónoca.
La situación se vuelve pesada para mí, cada vez mas eufórica para los que me rodean... intento entablar una conversación con la empleada a la que insulté disculpándome por mi conducta, pero ella con la cara cuasi desfigurada responde: Todo bien, Mirá lo que hacemos con tu plata mientras vos te quejas!. Al instante explota en una carcajada, mientras yo avisto el total de la situación.
Todos estaban aspirando una cantidad enorme de cocaína... yo estaba en la mesa al lado de la lineas, era una partícula de vinagre aislante (no sé qué aislaba, pero ahí estaba). Todos eran gigantes o simplemente yo era diminuta... La gente aspiraba el tóxico por medio de esos tubos enormes y yo me iba corriendo de un lado a otro para que no me aspiraran!
La sensación era de pesadilla, el mundo se deformaba y nadie, ni siquiera yo, me escuchaba.

jueves, 20 de marzo de 2008

Duendes: Segunda Parte

Si bien el sueño se había reiterado noches y noches en aquella infancia, el tiempo parecía estar estancado.
Siempre me hallaba en el mismo campo, con la misma edad, el mismo solerito... solo el miedo se acrecentaba mas y mas.
Por momentos el muro se acercaba, aunque no creía estar seguro de ello. Supongo que solo fantaseaba para evitar encontrarme con la horrible realidad... quienes realmente se acercaban eran los duendes de jardín.
Me encontraba en la noche oscura parada frente a la inmensidad y la nada. Las lucecitas comenzaban a titilar, y aunque sabía que ocurriría, no escapaba a ningún sitio. No había donde huir.
Cada vez mas cerca, podía ver sus gorritos de colores moverse hacía mí. Las carcajadas eran cada vez mas fuertes, y aquel día pude sentir su olor, recuerdo que olìan a sopa rancia; tuve ganas de vomitar.
Nuevamente el frío en la espalda, el miedo incontrolable. Solo quería despertar. Pero esta vez era distinto, los duendes estaban mas cerca que de costumbre. El tiempo parecía no pasar. Me respiraban de cerca, escondidos me acechaban. Sentí el vacío previo al ataque, por un momento, solo por un momento todo pareció calmarse. Al instante comenzaron los gruñidos, se dieron a conocer mostrando sus manos y sus dientes. Me rodearon colocándose en posición de ataque hasta que escuché un grave sonido. Me paralicé.
Al alzar la cabeza descubrí el origen de ese ruido tan metálico. Una NAVE NODRIZA había cubierto el cielo. Era gigante. Mi vista intentaba encontrar sus bordes en vano.
Ya sobre nuestras cabezas, comenzaron a salir de la nave haces de luces que disparaban a gran velocidad. Ningún haz de luz me tocó... pero cayeron sobre cada una de las cabezas de los duendes para abducirlos.
Al instante habían sido chupados por la nave. Por un momento me encontré sola en medio del campo. El miedo había pasado, podía oler la brizna de la noche ya tranquila.
En la escena siguiente me encuentro dentro de la nave escondida detrás de una pantalla. Pude ver como Diana, protagonista de "Invasión V", se comía a cada uno de los duendes. Los tomaba de un pie y levantándolos hacia arriba los introducía en su boca y de a poco los pasaba por su garganta como hacía con los roedores en la serie.
Luego me decía que regrese a casa tranquila, que los duendes no me molestarían mas por las noches.

sábado, 15 de marzo de 2008

Celebración del amor

Era una pareja de viejitos sentados en un sofá de dos cuerpos, frente a la tele. Yo los veía a veces desde la misma habitación, desde el costado; pero a veces los veía por la tele también.
Estaban en el noticiero, el periodista contaba como la cacatúa que ellos tenían los había obligado a amigarse luego de una pelea muy larga.
La cacatúa, que se encontraba en un banquito frente a ellos, los había obligado a comer de la misma hoja de lechuga hasta que sus bocas se junten en un beso.

viernes, 14 de marzo de 2008

El Impostor

El día que Olga se fue, soñé que volvía. Matías y yo la recibíamos con mucha alegría. Ella estaba en el patio, descansando sobre un cajón de verduras, y nosotros nos acercamos enseguida para recibirla con muchos mimos.
Cuando llegamos y comenzamos a acariciarla, notamos que estaba más grande, luego giró la cara y nos dimos cuenta que no era ella.
Su nariz era toda blanca, no tenía la manchita negra en forma de corazón, y detrás de los bigotes, se observaban unos cachetes gordos y negros.
Por suerte Olga volvió al otro día, y es la misma de siempre… creo…

viernes, 7 de marzo de 2008

La Fiesta

Estaba sentada en una de esas sillas de Mc Donals que giran y están fijas al piso. Sabía que era gracioso, pero en medio de esa fiesta empresarial, me había puesto ese vestido verde, encorsetado y con todo un vuelo espantosamente princesesco y… de lentejuelas!! Y allí estaba… verde y brillante … pero eso no era lo extraño… lo extraño pero era que me encontraba en un cuerpo sumamente más gordo que el mío, y tenía un color de piel blanco extremadamente pálido. Pero había algo mucho mas extraño todavía…y era que en ese cuerpo tan distinto al mío, me sentía como en casa.
Iba llegando gente de diferentes empresas a la planta alta del local de comidas rápidas en el que se celebraba la “importante” reunión, cuando me levanté de la silla y, junto con unas amigas nos dirigimos al baño, allí estuvimos un rato, realmente no se que hacíamos ni de qué hablábamos.
Luego salimos y volví a sentarme, con mi vestido y de costado en esa silla cuando comencé a reírme eufóricamente, feliz, realmente tentada y riendo a carcajadas, mientras decía: - Boluda! Parezco la novia de Shrek!!

sábado, 1 de marzo de 2008

S.O.S Trabajo




Cierro los ojos... Necesito buscar trabajo!
Hago caso a los consejos de mis amigos y me dispongo a decirle a todo el que me conoce que estoy en la búsqueda.
Para ello, tomo la bicicleta y salgo a dar vueltas por el barrio gritando a los vecinos que estoy buscando empleo...
Pablo, dueño de la Heladería, me recomienda que vaya a fijarme al algibe mientras se rasca su pierna de hierro azul. Al instante, baja la cabeza y me susurra que él no me emplea porque los que trabajan en la heladería tienen pesadillas con el helado de crema. Se lo agradezco porque odio la crema...
Mientras llueve en la calle de enfrente, me dirijo hacia el algibe que se encuentra en medio de un bosque, tomo una moneda, pido un deseo y la tiro. Imagino que a Marisa le encantaría ver un algibe como ese.
Al ratito comienzo a girar la manija para subir el balde... tengo mucha espectativa, estoy casi nerviosa hasta que lo veo. Rebalsa de papeles con empleos. Tomo el balde y lo llevo conmigo mientras busco un lugar tranquilo para leer...
Todos los papeles dicen lo mismo, se ofrece un empleo de 14 horas diarias en un sótano fichando carpetas. Por un instante no comprendo porqué recibo ese tipo de empleo siendo que yo estaba buscano trabajo como actriz... hasta que recuerdo haber olvidado aclararlo en el deseo. Me río un largo rato y retorno a casa en la bici para buscar una moneda y reenviar mi pedido al algibe.

jueves, 28 de febrero de 2008

Duendes: Primera Parte


Los dedos de una mano apenas me alcanzaban para contar los años que tenía.
Estaba a oscuras, en algún lugar desconocido que parecía un descampado... tal vez era un campo. Lo cierto es que nada me rodeaba y mis ojos solo se topaban con un muro que estaba lejos frente a mí.
Recuerdo que tenía un camisón tipo solerito y algún muñeco u osito de peluche en mis brazos, pero que al instante desaparecían.
Era muy de noche y el viento me decía que algo malo ocurría. Miro a mi alrededor para asegurarme un lugar para correr si algo andaba mal. Pero no podía ir a ningun sitio.
Al rato, veo que detrás del muro comienzan a titilar un montón de lucecitas. Se asomaban, se escondían y avanzaban hacia mí. Parálisis. El frío corre por mi espalda y mi corazón se acelera cada vez mas.
Descifro que eran duendes de jardín que vienen hacia mí. Nada amistosos, muestran sus dientes y emiten una risa diabólica. Recuerdo que no tengo donde huír... ellos cada vez estan mas cerca. Soy solo una niña de apenas cinco años.

Agua

Estaba en casa con Matías y con Pamela, la hermana menor de las gemelas. Llovía torrencialmente, del mismo modo que llovía antes de quedarme dormida.
Llovía tanto pero tanto que el techo del toldo no lo toleraba, así que comenzamos a descubrir nuevas goteras en esa parte de la casa.
Por alguna razón, los tres juntos nos dirigimos rápidamente hasta la habitación, y al entrar una fina llovizna comenzó a caer sobre nosotros. Aún sabiendo lo que significaba esto, comenzamos a reírnos y a recorrer con nuestras manos las paredes que como cataratas decorativas eran lamidas por una lengua de agua en todos sus puntos. Lo disfrutábamos mucho…era un festejo.
Pamela se dirigió a otro ambiente donde no sucedía lo mismo, pero ella señalaba un espacio con la pintura saltada, explicándonos con alegría que allí sería igual.
Entonces estaba en un colectivo de la línea cuatro, iba a la casa donde vivía Mati antes. El vehículo ingresó en un barrio con muchos edificios similares, y con un montón de espacio libre entre ellos. El terreno era como de arena, parecía un barrio levantado en medio del desierto.
Como me lo habían explicado, cuando doblamos a la izquierda toqué timbre y bajé en la esquina.
Tenía que ir al edificio que poseía sus baños afuera. A medida que iba acercándome, éste cambiaba de estructura, hasta que al llegar era una casa baja, grande y antigua como de un pueblo de campo.
Al ingresar, un montón de niños festejaron mi llegada y una nena de unos cinco años, tez trigueña, grandes ojos verdes y unos rulos rubios que me resultaron divertidísimos me guió hasta donde estaba la “gente responsable”.
Entramos en una gran cocina donde había varias mujeres muy delgadas con delantales a cuadritos blancos y celestes.
La nena se me colgó del cuello en un abrazo efusivo que casi dolió y me dejó con ellas.
Una de las mujeres, me tomó de la mano y me llevó al ambiente contiguo. Allí le expliqué mi interés por colaborar con el comedor infantil del barrio donde había crecido mi novio.
Ella llamó a otras dos y todas llenaron ansiosamente pequeñas fichas con mis datos, ellas esperaban dinero, yo lo sabía… así que me dispuse a contarles que mi idea era juntar alimentos y llevarlos hasta allí, que apenas llegaba a fin de mes.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Desagüe?

Apenas cerré mis ojos se hizo muy de día. Serían como las diez de la mañana y con Mati estábamos caminando por el centro de Ramos Mejía.
Era una mañana sumamente transitada, como cualquier sábado en esa zona, y nosotros buscábamos una farmacia.
Desde la estación de trenes nos dirigimos hacia el lado Sur por Av. De Mayo y doblamos a la izquierda por Belgrano. Ingresamos en una galería y bajamos al subsuelo donde estaba ese local.
Se trataba de un espacio enorme, con góndolas de madera y había productos de todo tipo. Recorrimos un poco el lugar, hasta que Mati encontró el medicamento que buscaba: unas pastillas halls de paquete blanco y naranja. Él toma las pastillas, me las da a mí y apenas éstas tocan mi mano, se convierten en un paquete de “bolones”.
Me acerco hasta la caja y ocupo mi lugar en la cola. Veo que detrás de mí se encuentra un ex compañero de trabajo y lo saludo efusivamente, aunque es una de esas personas que intentaría no saludar si la encontrara estando despierta…
Como hay tanto que esperar hasta que me cobren las pastillas, decido continuar caminando por el local y descubro una valijita plástica transparente conteniendo un pantalón, una remera, un manto para meditación y otras cosas más. Todo de la escuela de yoga que me guía en este momento de mi vida. Y… al ver la parte superior de la valija, veo que salía dieciocho pesos!!!
De inmediato le pido un talle “M” a la vendedora, y me dice que ese es el último que queda, así que de la nada aparece la primer profesora con quien tomé una clase y me dice que me lo pruebe de todas formas, que tal vez me entre porque ya no conseguiría ese conjunto en otro lugar. Le pregunto porqué estaba trabajando allí en ese local de Ramos Mejía si es que ella vivía en Río Cuarto, al sur de la Provincia de Córdoba y nunca me responde.
Paso al fondo del local e ingreso a los probadores. Un lugar grande, en forma de “L” con divisiones entre las distintas duchas en el lado largo y con inodoros y mingitorios intercalados sin divisiones en el lado corto.
Me pregunto porqué habría tantos mingitorios en el vestuario de mujeres pero en seguida pienso: Ah! Por el desagüe!!
Abro una de las duchas y me dispongo a sacarme la ropa para bañarme, cuando un amigo de Mati golpea la puerta y riendo me pregunta si pensaba bañarme sólo para probarme un pantalón. Esto me hace reflexionar, así que intento cerrar la ducha sin mojarme.
Salgo de los vestuarios y la vendedora viene con el pantalón en la mano… es muy chico, la cintura es como para una nena de cinco años. Mi profesora insiste en que debo probarlo pero no hago caso a su sugerencia.
Camino de regreso a la caja mientras suena el despertador.

lunes, 25 de febrero de 2008

Viaje



No fue difícil caer en los brazos de Morfeo luego de haber trabajado toda una mañana con cemento de contacto.
Mientras el mundo mostraba colores algo mas brillosos de los que suele tener, caigo sin recuerdos en una especie de agujero...
Me encuentro corriendo con un grupo de gente, escapando de algo... mis pies tocan el barro y levanto la cabeza al borde de un cerro. Junto con tres personas más, tomamos un teleférico que nos lleva directo al sitio de juego.
Un grupo de seres extraños, algo parecido a "niños duendes" me muestran una góndola llena de libros, pero sé que algo se esconde tras tanta amabilidad, oculatan algo. Trato de explicar que soy de confianza, en el fondo entiendo que lo único que quieren es proteger su aldea, pero no tengo respuesta.
Al salir del lugar, tomo un auto y manejo tres veces ida y vuelta hacia zona Norte, bajo en un hipermercado, pero los libros de los "niños duendes" me paecen mas artesanales.
Escondo el auto dentro de una bañera en la casa de mi abuelo, y le pido que no le cuente a papá que lo había manejado.
Vuelvo al Juego. Los "niños duendes" me muestran la entrada a una especie de tobogán entubado, me tiro, y conmigo otras personas dentro de las cuales se encontraba Capuzoto y Nazareno Casero.
Al final del túnel se hallaba lo que los "niños duendes" ocultaban... todo era una gran sorpresa, no sé de qué, pero era una sorpresa. Todos reíamos y contábamos lo asustados que estábamos al principio cuando creíamos que algo nos seguía.
Luego de la fiesta llego a casa y tomo unos mates con Katja Aleman que me regala, entre lágrimas, un libro de Jean Jacques Rousseau. Me explica que ella ha escrito una poesía en base a ese libro y la lee. Me parece muy burda, pero no se lo comento. Sólo tomo el libro y comienzo a leerlo mientras desayuno un pedazo de queso fresco.

El mercadito

Estaba en la caja del “supermercado chino” que teníamos con Mati. Apenas ví que la última clienta cruzó la puerta me dispuse a cerrar el local.
Mati había salido unos momentos, de modo que dejé todo listo para irnos y crucé al “supermercado chino” que se encontraba justo frente al nuestro.
Empecé a ver los cajones de verduras… eligiendo cuales podríamos comer aquella noche, pero la mayoría de las verduras me resultaban desagradables a la vista. Me dirigí al cajón de los choclos, y abrí uno observando en su interior el verde oscuro de sus granos. Un espanto… No supe que comprar, así que me acerqué al sector “Perfumería”.
Necesitaba un Acondicionador para el pelo. Cuando me acerco, una señora le estaba pidiendo uno a la vendedora, pero ella le explicó que no había acondicionadores comunes. La señora alegremente contesta: - Ah! Entonces dame uno en mousse!
Asombrada le pregunto cómo era ese acondicionador, y ella me responde que era bárbaro, y que dejaba el pelo sumamente brilloso.
La vendedora se acerca y me explica su forma de uso: - Tenés que pasártelo por el pelo, los pelos que se caen los vas planchando con el mousse, los planchás bien y con el tiempo, vas a ver que te vas haciendo una peluca!
La señora que estaba comprando el producto, mostrándome sus rulos me decía: - Ves? Esto es todo peluca, porque yo ya me quedé sin pelo, pero me fui haciendo una peluca, mirá que bien que queda! Y que brilloso!
Volví el rostro hacia la calle, y pude ver que Mati estaba terminando de cerrar el local, así que pensé en irme.
Allí desperté, sin saber por qué si el supermercado era nuestro lo llamábamos “chino”, ni porque me fui a hacer las compras personales a la competencia… y no hablemos del tema de la peluca!

viernes, 22 de febrero de 2008

Oriente



Hace mucho que admiro su cultura. Experimento estados de felicidad gracias a ponerme en contacto con esa sabiduría.
Y anoche… por fin… al cerrar mis ojos viajé a la India…
Me encontraba en el interior de un edificio ocre, sentía mucho… pero mucho calor.
Estaba en compañía de otras mujeres, todas profesoras o alumnas de yoga, mujeres que se encuentran recorriendo conmigo el mismo camino, de este lado del mundo.
Ese espacio tenía los techos altos, del mismo color que sus paredes y sus pisos. Las grandes dimensiones del ambiente generaban una acústica muy particular. Nuestras voces se oían como si estuviésemos rodeadas de montañas… y un sonido constante de agua cayendo era el acompañamiento de nuestras palabras.
Me encontraba en el último lugar de la fila que formábamos todas; una de ellas atraviesa la puerta más cercana a mi derecha y se acerca con un bebé en brazos, un bebé en una de esas cunas acrílicas transparentes que se encuentran en los servicios de maternidad de los hospitales. Me lo trae para que yo lo mime, acababa de encontrarlo allí.
Lo observo percibiendo dentro mío una clara sensación de alegría, y mi único comentario es que es un bebé muy grande, que ya esa cuna le está quedando chica.
De pronto me vuelvo y descubro que mi turno ha llegado. Justo antes de despertar atravieso una de las puertas y allí estoy: en un baño público de algún sitio de la India.
De modo que abro los ojos observando como la luz del sol ilumina tenuemente mi habitación.
He viajado al fin a esa tierra, aunque sea en mis sueños; al menos pude visitar uno de sus baños…

jueves, 21 de febrero de 2008

Perdida

No importa por que temporada vayas, esta es mi teoría. El final no existe, es una mentira, es un arma artística diseñada por ese extraño “líder” del norte. Mantiene nuestras mentes ocupadas en un mundo de ficción sin soluciones, mientras ellos continúan realizando sus macabras tareas en el mundo real, como si éste no fuera de todos.
Y ese arma penetra también en la oscura noche, y juega con tu inconciente…
Desde las finas líneas luminosas que la persiana dibuja en las paredes de la habitación, me traslado en un instante a un día soleado en la isla. El cielo despejado y hermoso se muestra entre las grandes hojas de la selva.
Camino sólo unos pasos hasta la puerta de una escotilla. Infinitas posibilidades me aguardan atrás de ella.
Y al abrirla mi inconciente me demuestra que ha aprendido el mecanismo de esa poderosa arma de arte… y me sorprende con la única imagen que nunca hubiera imaginado.
Detrás de esa puerta se encuentra mi oficina. La misma que logré dejar hace sólo seis meses, luego de nueve años de duro camino hasta encontrar al fin mi vocación, hasta lograr empezar a ser para dejar de hacer.
Y allí me encuentro, sola, destinada a vivir con las pálidas tareas administrativas sin ninguna esperanza de que llegue el rescate.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Sueño Fuera del Tiempo


Inmersa en la habitación glacial dejo caer los ojos en un hueco del tiempo.
Me encuentro parada frente a la vieja casita de Cosio (Liniers), en el año 1984. Miro alrededor... en la esquina el comité, al lado la casa de Emi, en frente la de Ezequiel...
La estrategia para entrar a casa era hacerme amiga de mi madre, que por ese entonces tendría solo un par de años mas de los que yo tengo ahora.
Por la ley de los sueños me encuentro dentro de mi casa sentada a la mesa con mis padres tomando un café. Yo solo era una desconocida amigable a quien invitaron pasar.
Ellos: Jóvenes, joviales, lindos, queridos, enamorados... Papá era altísimo, a mi lado la diferencia era como si yo a{un fuera una niña, solo que no lo era... Mamá parecía haber vuelto de trabajar por la ropa que llevaba, estaba radiante, hermosa.
Yo: Intrigada, emocionada, sorprendida.
Palabrerío perdido en el aire hasta que propongo conocerme de niña: "Y la nena??"
Con el paso letargado se levantó, fue a buscarme, y me trajo en brazos como siempre los hacía.
Vestida como en la foto del teléfono me miro y me reconozco, titubente pregunto: "Cómo te llamas?", -"Aldana", suena la voz grave de la niña.
Miro la casa, los detalles del living y el machimbre de la cocina, el baño, el patio... Invación de recuerdos.
"Qué día cumple los años?", le pregunto a papá quien duda un instante provocando mi enojo, -"el 25 de Septiembre de 1981", contesto. Ambos miran sorprendidos por lo que me veo obligada a hablar. Explico que lo sé porque soy yo misma a quien estan viendo, soy la niña venida del futuro, del año 2010.
Ante la perplejidad de mis palabras comento el motivo de mi viaje... necesitaba una extracción de sangre de mi padre en ese año. Recuerdo haber inventado eso en el sueño, no podía mencionar su muerte en el futuro.
Junto con un amigo aparecido en la mesa de café comentamos los sucesos de los años siguientes... Argentina sería Campeón Mundial en 1986, habría un atentado hacia las torres gemelas, etc.
Impacto en los ojo de mamá. -"Nuria", le digo en un momento. Sonríe diciendo que era una ciudad de Catalunia... -"Nuria Aylén", pronuncio... "Qué lindo", responde... no mencioné que sería el nombre de mi hermana años mas tarde.
Recuerdo que podía decir todo lo que quisiera puesto que ellos no podrían modificar el futuro, ya que cuando yo partiera hacia mi año actual, toda la información y recuerdos se borrarían de su mente...
Despierto contenta de haberme reencontrado en el tiempo, de no haberme perdido, de seguir soñando.
Abi

Inconsciente Colectivo

Henos aquí encontradas las dos, con un ojo cerrado empuñando letras.
Decires parlantes navegando sueños, eterno viaje a la noche azul.