miércoles, 27 de febrero de 2008

Desagüe?

Apenas cerré mis ojos se hizo muy de día. Serían como las diez de la mañana y con Mati estábamos caminando por el centro de Ramos Mejía.
Era una mañana sumamente transitada, como cualquier sábado en esa zona, y nosotros buscábamos una farmacia.
Desde la estación de trenes nos dirigimos hacia el lado Sur por Av. De Mayo y doblamos a la izquierda por Belgrano. Ingresamos en una galería y bajamos al subsuelo donde estaba ese local.
Se trataba de un espacio enorme, con góndolas de madera y había productos de todo tipo. Recorrimos un poco el lugar, hasta que Mati encontró el medicamento que buscaba: unas pastillas halls de paquete blanco y naranja. Él toma las pastillas, me las da a mí y apenas éstas tocan mi mano, se convierten en un paquete de “bolones”.
Me acerco hasta la caja y ocupo mi lugar en la cola. Veo que detrás de mí se encuentra un ex compañero de trabajo y lo saludo efusivamente, aunque es una de esas personas que intentaría no saludar si la encontrara estando despierta…
Como hay tanto que esperar hasta que me cobren las pastillas, decido continuar caminando por el local y descubro una valijita plástica transparente conteniendo un pantalón, una remera, un manto para meditación y otras cosas más. Todo de la escuela de yoga que me guía en este momento de mi vida. Y… al ver la parte superior de la valija, veo que salía dieciocho pesos!!!
De inmediato le pido un talle “M” a la vendedora, y me dice que ese es el último que queda, así que de la nada aparece la primer profesora con quien tomé una clase y me dice que me lo pruebe de todas formas, que tal vez me entre porque ya no conseguiría ese conjunto en otro lugar. Le pregunto porqué estaba trabajando allí en ese local de Ramos Mejía si es que ella vivía en Río Cuarto, al sur de la Provincia de Córdoba y nunca me responde.
Paso al fondo del local e ingreso a los probadores. Un lugar grande, en forma de “L” con divisiones entre las distintas duchas en el lado largo y con inodoros y mingitorios intercalados sin divisiones en el lado corto.
Me pregunto porqué habría tantos mingitorios en el vestuario de mujeres pero en seguida pienso: Ah! Por el desagüe!!
Abro una de las duchas y me dispongo a sacarme la ropa para bañarme, cuando un amigo de Mati golpea la puerta y riendo me pregunta si pensaba bañarme sólo para probarme un pantalón. Esto me hace reflexionar, así que intento cerrar la ducha sin mojarme.
Salgo de los vestuarios y la vendedora viene con el pantalón en la mano… es muy chico, la cintura es como para una nena de cinco años. Mi profesora insiste en que debo probarlo pero no hago caso a su sugerencia.
Camino de regreso a la caja mientras suena el despertador.

1 comentario:

dreamer dijo...

Si!!! Roma está construída sobre y en base a su DESGUE.
Qué bueno!!!