jueves, 28 de febrero de 2008

Duendes: Primera Parte


Los dedos de una mano apenas me alcanzaban para contar los años que tenía.
Estaba a oscuras, en algún lugar desconocido que parecía un descampado... tal vez era un campo. Lo cierto es que nada me rodeaba y mis ojos solo se topaban con un muro que estaba lejos frente a mí.
Recuerdo que tenía un camisón tipo solerito y algún muñeco u osito de peluche en mis brazos, pero que al instante desaparecían.
Era muy de noche y el viento me decía que algo malo ocurría. Miro a mi alrededor para asegurarme un lugar para correr si algo andaba mal. Pero no podía ir a ningun sitio.
Al rato, veo que detrás del muro comienzan a titilar un montón de lucecitas. Se asomaban, se escondían y avanzaban hacia mí. Parálisis. El frío corre por mi espalda y mi corazón se acelera cada vez mas.
Descifro que eran duendes de jardín que vienen hacia mí. Nada amistosos, muestran sus dientes y emiten una risa diabólica. Recuerdo que no tengo donde huír... ellos cada vez estan mas cerca. Soy solo una niña de apenas cinco años.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por un blog tan onírico y surrealista, pero tan próximo y comprensible. Lo añado a mis favoritos. Un abrazo desde España

Shakti dijo...

Que horror! Siempre supe que los enanos de jardín eran diabólicos! Que miedo! Pobrecita!! Quiero la segunda parte!!

Shakti dijo...

Pasamos por tu blog, lopitos! Estás ya entre los nuestros. Muy buena la poesía de Joaquín.

Mattt dijo...

Esos duendes son espantosos, dignos de sueños aterradores. Algunos se atreven a afirmar que existen de verdad.

moonriver dijo...

Pero hay duendes buenos también,¿no? A ver que ocurre en la segunda parte.

Mattt dijo...

Mmmm... no sé nada del tema, pero creo hay dos tipos de duendes y ambos son malos: los abaros y los sexuales.