miércoles, 16 de abril de 2008

Resurrección


Ella estaba en la cocina lavando las gaviotas. Como su perro se acercó, le dijo: mirá, estas son las gaviotas que vamos a comer hoy al medio día. El animal comenzó a olfatearlas y a lamerlas en un gesto de ternura y compasión.
Tan hermosa energía transmitió el enorme perro a las gaviotas, que éstas comenzaron a movilizarse y volaron hacia la ventana, quedándose en el aire de ese patio, aleteando felices, con sus picos enfrentados, como demostración del poderoso milagro del amor.

2 comentarios:

dreamer dijo...

...me gusta Shakti, tus sueños son siempre armónicos...
Deberías tener un perro sanador en cambio de una Ursula "arañadora" y "mordedora"!

Shakti dijo...

Hay que saber entender sus mordiditas curativas...